jueves, 13 de septiembre de 2007

Adenoma hepático (AH) Proliferación benigna de hepatocitos, que suele presentarse en mujeres con antecedentes de toma prolongada de anticonceptivos orales. Es muy infrecuente en varones (proporción de varones:mujeres de 1:11). Actualmente las pruebas diagnósticas más útiles son la TC helicoidal y la resonancia magnética.
El tratamiento es la resección hepática, tanto en los casos de AH sintomáticos como en los asintomáticos, por el riesgo de crecimiento, rotura y transformación maligna.
Palabras clave:
Adenoma hepático. Tumor hepático benigno. Resección hepática.


Discusión
Los AH se suelen presentar como nódulos únicos, a veces pedunculados, que pueden variar en tamaño, pudiendo alcanzar hasta 30 cm de diámetro. En un 30 a 40 % de los pacientes las lesiones son múltiples, y si son más de 10 se considera adenomatosis hepática.
Aunque son lesiones bien delimitadas, típicamente carecen de cápsula fibrosa, pero suelen presentar un fina y a veces incompleta pseudocápsula de tejido hepático comprimido. En su interior se pueden apreciar áreas de necrosis y hemorragia. Microscópicamente están formados por cordones de hepatocitos con acúmulos de grasa y glucógeno, sin la disposición adecuada de
las regiones portales y venas hepáticas. En ocasiones, es difícil diferenciar un AH de un hepatocarcinoma bien diferenciado
.
En su etiología se han implicado principalmente a los anticonceptivos orales, pero también se han encontrado asociaciones con otros compuestos hormonales, como el clomifeno y el danazol. El mayor riesgo para desarrollar un AH se produce en mujeres de 30 años que han usado anticonceptivos orales durante más de 2 años. La adenomatosis es más frecuente en pacientes con glucogenosis tipo I, III y IV
SINTOMAS Nódulo
El síntoma más frecuente es el dolor abdominal vago crónico, que si se localiza en el cuadrante superior derecho suele ser por una hemorragia intratumoral.
La rotura espontánea y el sangrado abdominal, que produce un cuadro de abdomen agudo, es la forma de presentación en un 8-12% de los casos

. El AH puede ser un hallazgo casual en una laparotomía o en pruebas radiológicas realizadas por otros motivos.
Las alteraciones analíticas suelen consistir en elevaciones de las enzimas de colestasis, ocasionadas por la compresión extrínseca del árbol biliar en los AH grandes.
Actualmente, las técnicas de imagen con mejor rendimiento para su diagnóstico son la TC helicoidal multifásica y la resonancia magnética (RM). Aunque am-
bas carecen de especificidad, proporcionan una información útil sobre el tamaño, número y relaciones vasculares de la lesión. En la TC sin contraste, el AH suele aparecer como una lesión bien delimitada e hipodensa, aunque si existe hemorragia o necrosis pueden aparecer zonas hiperdensas. En la TC helicoidal multifásica, presenta en la fase arterial una hipercaptación transitoria, más heterogénea que en la hiperplasia nodular focal (HNF), por la tendencia a la necrosis y a la hemorragia; en la fase portal la lesión se vuelve hipodensa heterogéneamente, y en la de equilibrio aparece hipodensa y con una cápsula hiperdensa. El diagnóstico diferencial radiológico ha de realizarse con la HNF, el hemangioma (HA) y el hepatocarcinoma bien diferenciado
. Cuando existan dudas, puede emplearse la gammagrafía hepatobiliar
con Tc-DISIDA para el diagnóstico de la HNF, y la gammagrafía con hematíes marcados ayuda a diagnosticar los HA.

La resección hepática está indicada en los AH grandes que producen síntomas por compresión y en los que debutan con rotura y hemorragia intraabdominal,
sin que sea necesario un margen de resección amplio (resecciones segmentarias). En los casos de AH asintomáticos existe controversia, pero la mayoría de los autores recomiendan la resección quirúrgica una vez que
se sospecha su diagnóstico, pues existe riesgo de crecimiento, de rotura y de transformación maligna (hasta en un 4-5% de los AH resecados), incluso después de suspender el tratamiento hormonal. Además, generalmente es la única forma de confirmar el diagnóstico.
En los pacientes con adenomas múltiples no tratables mediante resección hepática parcial se ha empleado con éxito el trasplante hepático.
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